Agosto: mes para recordar a Galán y Garzón
En agosto 18 de 1989 y 13 de 1999 fueron asesinados dos de los mejores colombianos.

Hace unos días escribí sobre la propuesta del Centro Democrático de convocar una Asamblea Nacional Constituyente explicando que podría llevar al Gobierno a dedicarse exclusivamente a ese propósito si decide apoyarlo, por ser muy dispendioso. Ahora el propio ex senador y ex presidente Uribe propone que cambien la propuesta por complicada, y adopten un camino mas sencillo. El del referendo.
Propone que a través de él reformemos la Constitución. El primer objetivo, dice, es “despolitizar” la justicia. Entiéndase cerrar las Cortes y crear una sola, regresando 30 años en el tiempo. Ah y de paso acabar con la JEP, que apenas comienza su trabajo, le faltan 18 años de investigaciones y juicios para llegar a la verdad final y la adjudicación de responsabilidades para los violadores de los derechos humanos en el conflicto armado. Pero en todo caso, dicen, hay que acabarla.
Propone que al referendo le colguemos una propuesta muy atractiva para que, al votar, la gente apoye que le giren en forma permanente plata en efectivo a través del programa de Ingreso Solidario, creado por la crisis económica generada por la pandemia para apoyar a las personas más humildes afectadas en sus ingresos al no poder trabajar por la cuarentena. Y claro, ahí el objetivo es tener un gancho económico que garantice que millones salgan a votar, llevándose de paso la propuesta de la renta básica que presentaron en el Congreso 50 parlamentarios, que subiría de 160 a 800 mil pesos ese ingreso bien focalizado y financiado.
Y propone finalmente que aprovechemos y cerremos el actual Congreso, en el que el Gobierno no ha podido armar mayorías estables para sacar una sola iniciativa trascendente -salvo para jornadas electorales- y en su lugar, insiste en que creemos una sola Cámara, con la teoría de que costaría menos, pero con el efecto perverso de que a menos número, menor representación, y más fácil el control por parte del Ejecutivo.
Al igual que la Constituyente si el Gobierno se deja engrupir un referendo tendría que dedicar el corto tiempo que le resta a prepararlo, presentarlo y lograr que el Congreso se lo apruebe. Requiere tramitar una ley que debe definir las preguntas y convocar al pueblo a contestarlas en votación popular. Y también debe agotar una revisión previa de la Corte Constitucional por su puesto, y mediar una campaña electoral, igual que pasaba con la Constituyente como explicamos en este mismo portal de Colombia Más en días pasados.
Por esa razón el camino es igual de tortuoso, largo y demandaría del Gobierno dejar todo de lado en medio de la peor crisis social y económica que hemos conocido, y que reclama sus mejores esfuerzos para superarla.
Entonces porque dicen que es más fácil una reforma por referendo? Sencillo. Porque, como lo analiza uno de los pensadores italianos mas importantes de nuestra época, G. Sartori, la democracia refrendaría puede ser fácilmente permeada por la manipulación del electorado. Esto ocurre, según el autor, cuando el texto de las preguntas que se formulan al pueblo requieren para su comprensión conocimiento especializado. La razón final de la decisión electoral no es el conocimiento, sino la idea que logran vender sobre él los promotores de la iniciativa.
Eso les funcionó, con cartilla en mano, en el plebiscito por la paz en 2016. Mucha gente no votó por el contenido de los acuerdos de paz sino por lo que pensaban que ellos contenían. Votaron por lo que escuchaban y leían en las redes sociales, por ejemplo porque creyeron la falsa idea de que los acuerdos contenían una especie de ideología de género que volvería a los niños homosexuales en el Colegio, o que el siguiente Presidente sería, no Duque, sino un guerrillero de las FARC.
En un referendo constitucional, como el que ahora proponen, cada colombiano tendría que decidir sobre como prefiere los tribunales de cierre de las jurisdicciones constitucional y ordinaria. ¿Cómo operaría una sola Corte? ¿Incorporarían a ella la jurisdicción administrativa y la administración de la Rama Judicial que se hace desde el Consejo Superior de la Judicatura? ¿Cómo se reemplazaría la JEP, y que hacer con los miles de ex combatientes y agentes del Estado, policías y soldados puestos en Libertad por el sistema de verdad, justicia, reparación y compromiso de no repetición?
En ese referendo se debería votar también por la estructuración de una nueva Rama Legislativa, decidiendo si se prefiere un sistema unicameral a uno bicameral, que existe desde la fundación de la República, y sobre como sería su forma de elección, la representación regional, sus periodos, sus competencias, entre muchos temas más. Y debe decidir, cada votante, sobre la creación de gasto, fuentes de financiación, afectación de los planes de desarrollo en curso.
Como ven, se requiere conocimiento especializado, entre otros, en derecho, administración, economía, finanzas públicas y estructura del Estado, para poder votar el referendo con razones e independencia, conocimiento obviamente que no tiene la mayoría, volviéndola objetivo de desinformación dirigida.
En el Plebiscito fueron capaces de confundir, atemorizar y manipular, aprovechando la extensión y la complejidad de los acuerdos de paz, que muy pocos leyeron, pero de los que todos escuchamos versiones. Por eso hablan de que es “más fácil” un mecanismo refrendario.
Y claro, es más fácil manipular la opinión en una votación popular de temas especializados, con frases efectistas, comunicación amañada y mentiras, que tener que explicar su complejo y verdadero contenido.
El método para manipular ya está inventado. El votante medio termina votando por una percepción y no por el real contenido de las preguntas. Como ganaron así el plebiscito, piensan que podrán ganar de la misma forma un referendo.
*Profesor de derecho constitucional, excongresista y exsecretario general de la Presidencia